4 de marzo de 2011

Homenaje a Carlos Páez Vilaró (Hoja filatélica)


Sobre oficial del Correo Uruguayo,
diseñado por Páez Vilaró,
con Matasello Primer Día de Emisión
Las Llamadas, obra de Páez Vilaró reproducida
en el sello de la hoja filatélica.


Diseño: Alejandro Muntz

Motivos de la hoja filatélica:
  • foto del artista en su taller
  • pintura Las Llamadas
El Matasello Primer Día retoma las líneas de la obra Las Llamadas

Las llamadas

El desfile de llamadas es una fiesta popular que se realiza todos los años en el mes de febrero, durante la época de carnaval en Uruguay. Forma parte del concurso oficial de agrupaciones carnavalescas de la capital uruguaya. Durante dos noches desfilan unas 40 sociedades de negros y lubolos (conocidas como "comparsas") por calles de los barrios Sur y Palermo. Constituye una de las más puras manifestaciones de la cultura afrouruguaya. También tiene expresiones en algunas ciudades del interior del país.

Del sitio web del Correo Uruguayo:

El Correo Uruguayo realizó el lanzamiento de una Hoja Filatélica en homenaje al artista plástico Carlos Páez Vilaró, en un acto realizado el 3 de marzo en Casapueblo, Punta Ballena, departamento de Maldonado.

Por primera vez en la historia de la filatelia uruguaya se realiza un reconocimiento en vida a la trayectoria de un personaje público, resaltando su aporte y contribución a nuestra cultura.

Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo el 1º de Noviembre de 1923.

El contacto permanente con las actividades desarrolladas por sus padres entre libros, arte, arquitectura, decoración o las creaciones más diversas, se integraron naturalmente al proceso de su niñez.

Marcado por una fuerte vocación artística, partió en su juventud a Buenos Aires, donde se vinculó al medio de las artes gráficas y conoció a los más destacados dibujantes de la época. Atrapado por la magia de la noche porteña, Buenos Aires provocó sus primeros balbuceos en el arte.

Tomó como fuentes de inspiración el tango, los bares y cabarets, donde solía dibujar a la noche en sus mesas. Estos temas marcaron a fuego la iniciación de su carrera de artista, y nunca dejaron de aparecer en los distintos períodos de su prolífica obra.

A fines de la década del 40 regresó al Uruguay y al descubrir la existencia del folklore afro-uruguayo, se vio motivado por el tema del candombe y la comparsa, se vinculó estrechamente a la vida del conventillo ˜Mediomundo˜, una casona habitada por un sinnúmero de familias afrodescendientes, donde instaló su atelier de pintura y, con pasión desenfrenada, se entregó totalmente al tema.

En la década del 50 conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y Calder en sus talleres. Ese peregrinaje europeo inicial, el contacto con la pintura, los museos y los artistas, le dieron el impulso que necesitaba para un regreso a su país con entusiasmo.

A su regreso a Uruguay en 1969, continuó las obras de Casapueblo, modelada con sus propias manos y la ayuda de los pescadores. Ubicada sobre los acantilados rocosos de Punta Ballena sobre el mar, su casa se transformó en un símbolo del lugar. El artista define a Casapueblo como su barco quieto, trampolín para partir y al que siempre regresa. Su baúl para almacenar recuerdos, su escultura habitable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario